Quizá tuve
Un segundo para morir
Mientras estas huellas
Se desvanecían
En la oquedad
Quizá una nota
Contaba con el delirio de mis plétoras
Se quedaron
Las almas solas en mi espera
Al cantar la medianoche
Coarto las lágrimas
Los llantos dibujados
Otro suspiro más para este mar
Una moneda
Lanzada al infinito
No logra unir
Los deseos rotos
Senos en la soledad
Sueñan el vacio
De una palma virgen
Culminante
Este esqueleto de voces muertas
Se divide entre dos mundos
Mi respiración
Sigue pegada al suelo
Del desdén
De un líquido sangrante
Que une mi agonía
A este palpitar de inclementes
Una llovizna
Dagas incrustadas
Otro silencio muerto
En mis vinos
En mis noches anoréxicas
Moribundas
Otro despertar más
A las 3:30 de la mañana
Y mi espacio
No comprende un espejo roto
Para este reflejo
Detrás de mi ausencia….
L. Franco