sábado, 23 de febrero de 2008

En este mural de voces


Trato de derivar
cada pensamiento incrédulo…

Mi mente indispuesta,
semiinsconsiente,
desgarró mis versos
tirados al suelo
Mientras dormía
y desperté entre parábolas.

Muerdo mis agrietados labios
envueltos en un suspiro.

Caí al suelo,
El polvo invadió mi rostro
convertido en sombra.

Una hoja suelta
voló al vacío
Como lágrima simple.


Ambar S. Campos