La hiena se abre como una puerta en tus senos
Despreocupada e infertil
Se lamenta con voz de hormiga
Sombrilla roedora
Tus muslos internos bailan al son de mis pupilas externas
Esperando… esperando…
No logro descifrar el día de la esencia
Y la roca de cuervo cae
En los cielos
Insondables
De mi infinito.
Grace Franza
viernes, 13 de noviembre de 2009
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