lunes, 5 de enero de 2009

Vestidura de la Noche

Persigo un indomable llanto moribundo.
Pelean los sobornos de todas las derrotas,
de todos los “¿por qué?”…
Ahora las tardes se visten de sucio
llenas de sangre y penumbra
intentando declamarle a la vida
sobre pétalos de barro.
Alguien gritó sobre mi voz…
Cuán vacía está la luz
intentando renacer
como libélula despedazada.
Ahora las tardes se visten de sucio
en la brevedad del vino en la copa
para brindarle a las almas en su gesta desconsolada.
Ahora las tardes se visten de sucio
sin importarles quién grite o quién llore,
esperando la última campanada,
que se esparza la noche,
que cante el gallo y se marchite el sol.
Permanezco en este piso
ausente y frío de realidades.
… Ahora las tardes se visten de sucio
y no bajaré mi mirada a esta culpa impenetrable
desangrando a la lluvia
bajo un pedazo de luna.


Ambar Campos