sábado, 19 de julio de 2008

Vivo en mi cadáver


Se destrozan mis palabras cuando caen al suelo
El dilema de mi cuerpo salta y se burla en mi frajinada alma
La brisa me golpea lentamente y se esconde.
Mis lágrimas desgarran mi piel que se apega a mi cuerpo
La pupila dilatada de mis ojos
Me grita con sangre efímera
Cuaderno de poemas
Me pierdo en el nudo que se hace
En mi profundo pecho
Donde no hay corazón
Donde el mundo ya no existe
¿Por qué siento el trinchete de Satanás?...
Lastiman mis pies
Vivo en el cadáver
Putrefacto que me habita
Mi boca es el alma que no poseo
Puedo sentir que el suelo quebradizo
Se cae y me impulsa al infierno
y no me importa
Sólo importa el beso que derraman tus labios
Sólo importa tu mirada que me salva.
Vivo en mi cadáver
Cadáver exquisito en tus manos…
Ya el aire se hace inútil
El odio corroe mi alma
Y destruye la sensibilidad…
Tengo alas sin poder volar
Tengo garras sin poder rasgar
Estoy saciada del poder y la destrucción
Las piedras hacen heridas en mi rostro
Sólo existo como una serpiente
Arrastrándome por el suelo con certeza exacta
Maldito sea el cielo
Maldito sea Dios
Desgracia y miseria
Son los cantos que me habitan en el infierno
Ese que está debajo que quema sin sentirlo
Los truenos derrotan mis pensares
Estoy sufriendo por el amor de princesa…
La furia del mar se engrandece
A la tormenta de mi cansado corazón
Y se muere, y yo…
Yo sólo vivo en mi cadáver.


Leonela Timaure