martes, 27 de noviembre de 2007

Un titulo para dos finales



Ninguna plaza
Tiene dueño
En este irreverente espacio
Me divulgo
Entre la tierra
De otros soles
E incrusto
Un pedazo desnudo de mi ser
Me escondo
En la melodía
De los pensamientos prohibidos
El vestido blanco
Ha tomado nuevas vidas
Carcomidas
Por el amarillo encaje
En mi pecho
Logro volar libre
Por mi orbe
Donde no existe el tiempo
Derretido en el espacio
Donde todas las manos se unen
En un solo declamar
Una feliz demencia
Se apodera
De mis inicios
Comparto mi voz
Con mi mutismo
Creo la existencia
Sobre este lienzo
Al final una lagrima
Corre
No hay rencor
Las lagrimas
Siempre secan su presencia
Un instante de puños
Devorados por la libertad
Esperando
La atmosfera
Y así
Poder desmoronarla…

L. Franco

1 comentario:

Unknown dijo...

Sabes...

... Puedes sentir el roce de una hoja al caer de un arbol, y no importarte.

La humedad de una gota de agua que cae del principio de una lluvia, y no importarte.

El dolor de un golpe leve con un objeto cualquiera, y no importarte.

pero cuando le daz a todas las cosas que forman parte de la cotidianidad de la vida un sentido, un nivel de calor o frio, un sabor, una textura se tornan prevalentes en la vida.

... este poema tiene todo eso y por lo tanto para mi es simplemte...

... MARAVILLOSO, me gusto esta maduro, completo, tiene textura se pueden visualizar las imagines en tu mente o almenos como las sugiere mi idea.

Esta muy bueno