viernes, 5 de septiembre de 2008

Una ostra eterna..


Aquel pedazo de la luna
infinita entre el canto
de los murciélagos desesperados.
Entre el cabello de la madrugada
se esconde la ostra marcada.

Camino dentro de la tormenta
Al pasar la lluvia
sobre la humedad
muere el indefenso silencio

No encuentro una piedra en el río..

Las hojas donde escribo
se estremecen dentro de la tristeza
de este lápiz de carbón viejo
la madera podrida
tras un tirón de palabras
ocultas en la oscuridad
del pensamiento.

Esa gota marchita
marca el tiempo
de los huesos a la espera.


Ambar Campos

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